Texto curatorial Exposición CINEMÁTICA Y REALISMO de Carlos Martínez Palomino en el MAMB – Museo de Arte Moderno de Bucaramanga
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Texto curatorial Exposición CINEMÁTICA Y REALISMO de Carlos Martínez Palomino en el MAMB

Texto curatorial Exposición CINEMÁTICA Y REALISMO de Carlos Martínez Palomino en el MAMB
5 julio, 2022 Museo de Arte Moderno de Bucaramanga

La obra pictórica de Carlos Martínez Palomino es una búsqueda continua de instantes felices. Los retratos, su principal tema y con el que se siente más a gusto, tienen esa factura que transforma la realidad en un eterno momento de placidez, y reflejan el estado de regocijo interno de sus personajes en relación con su entorno.

Este pintor santandereano, nacido en Bucaramanga, es capaz de encontrar en las personas que retrata las esencias humanas más radiantes, que la cotidianidad destroza con los afanes habituales. Por esa facilidad de interpretación que posee, sus retratos de niños se destacan por recoger con claridad la plenitud de la alegría; de ahí que suele rodearlos de flores y ambientes en donde predomina la naturaleza, como asegurándose de que esa belleza de la niñez nunca sea vulnerada.

Carlos sabe que el sufrimiento forma parte de la vida, pero él ha optado por expresar en su pintura los momentos de deleite que a veces se asoman sin que nos demos cuenta o seamos muy conscientes de ello. Tiene su propio credo definido, y con certeza afirma: “El arte y la pintura en particular deben transmitir y generar sentimientos que sensibilicen al ser humano y a la sociedad; por eso, en mis cuadros siempre hay niños, mujeres y hombres en actitudes que reflejan alegría, seriedad, sobriedad, tranquilidad, etc., pero nunca dolor, aunque el dolor haga parte de la vida”. Esta es su manera de reaccionar frente a un contexto social que suele presentarse agresivo; por tanto, sus pinturas, caracterizadas por un realismo figurativo, son una respuesta dialogante, que se dirige confiada hacia la conformación de mejores tiempos.

Por esa razón, su obra destaca aspectos culturales, como escenas de niños que participan en el desfile de las flores de Medellín, o que simplemente juegan en el campo con los animales de la finca. Al respecto, Carlos afirma: “La génesis de cualquiera de mis obras siempre la encuentro a mi alrededor, en algún grupo de niños que juegan o una persona sentada en un parque. Mis obras abarcan, entonces, un gran espectro de hechos, personas y situaciones en las que no importan creencias, ideologías, tendencias o clases sociales de los retratados o de los representados. En mi mundo artístico cabe desde el más humilde hasta el más encumbrado, porque el arte es esencial en la vida del ser humano, y más ahora, en tiempos tan conflictivos y de tanta turbulencia social como los que estamos viviendo”.

Su disciplina como pintor también es dialogante en las técnicas que utiliza. Carlos Martínez es capaz de utilizar la cámara fotográfica para registrar sus temas, pero, sin dejarse influenciar por ella, se desprende lentamente de las formas fotográficas que suelen condicionar, y las lleva hacia su propio mundo, utilizando pinceladas sutiles con las que ajusta el color, sin interesarle las imágenes hiperrealistas, sino ajustando forma, luz y color a su propio mundo, ya definido. El resultado es una armonía que a veces nos recuerda, dicho de manera laudatoria, a las imágenes del romanticismo del siglo XIX, justo en el contexto de la Revolución Francesa, y las guerras napoleónicas que azotaron a Europa.

Es así como la obra de este excelente pintor santandereano nos acerca a una comprensión de nuestro entorno desde los valores culturales, exaltando no solo nuestra riqueza culturalmente diversa, sino estableciendo caminos de diálogo entre el individuo y la naturaleza, como una forma de reacción estética ante entornos agresivos que suelen minar nuestra confianza en el futuro.

Luis Domingo Rincón (Domingó)