Al interior de la Colección Básica de nuestro apreciado Museo de Arte Moderno de Bucaramanga se encuentran dos obras plásticas del reconocido artista santandereano Augusto Ardila Plata quien en un gesto comprometido con la cultura regional y nacional decidió obsequiar el legado y patrimonio material que su obra representa.
El maestro manifiesta sentirse honrado por estar figurando en el programa expositivo del presente año y por la articulación de su obra escultórica: “Construcción del cañón del Chicamocha” de 1988 dentro del discurso curatorial de la exposición “2021 de Colección” que se encuentra en las salas del MAMB durante todo el mes de febrero y donde comparte tarima con artistas como Edgar Negret, Eduardo Ramírez Villamizar, Emma Cecilia Ferreira, Ricardo Gómez Vanegas, Álvaro Barrios y Beatriz González.
Dentro de la multiplicidad de intenciones, estilos y procesos creativos que pueblan esta constelación de expresiones artísticas, la obra del maestro Ardila sobresale por su parquedad, pureza y potencia comunicativa pues a través de elementos básicos de composición propios de la escultura, logra un mensaje directo, sin retóricas ni anécdotas, sintético, de una experiencia vital traducida al lenguaje del arte plástico. Al decir que emplea elementos básicos no estamos manifestando que sean obras simples, sino que, por el contrario, sus elecciones revisten un estudio constante de la forma y del carácter volátil de la misma donde hasta la más mínima modificación altera su sentido. Nos enfrentamos, pues, ante una construcción elaborada a partir de una geometría tan seria como impecable. Formas de gran exactitud y movimientos de impresionante contundencia que comparten con las palabras del maestro, ese tono limpio y sin adornos.
En conversaciones mantenidas con el MAMB, dentro del contexto de la exposición, el maestro Ardila Plata manifestó con alegría algunos aspectos que nos acercan a su obra escultórica y a su sentir estético disolviendo aquellas barreras que a veces nos imponen las obras abstractas cuando no podemos confrontarlas directamente con sus autores. Pues con ese propósito, el de reunir a sus espectadores con su trabajo, el maestro abordó el tema de la composición gráfica, del acto creativo y de la importancia del estudio profundo de las formas encontradas o adscritas a los objetos y que componen miradas sensibles de la realidad cotidiana.
Ante la inquietud acerca del proceso de creación donde emerge su obra el maestro Ardila Plata manifiesta que es producto de un intenso proceso de taller y de pensamiento continuos alrededor de un fenómeno natural (el impresionante cañón del Chicamocha), el cual encuentra en esta forma, este material (metal) y este color una condensación esencial y alude a una vivencia más evocativa que analógica. Esto, precisamente, motiva el empleo del color rojo el cual, para el maestro Ardila Plata, “manifiesta una importante potencia expresiva” que, en contraste con el verde convencional propio de un ambiente natural, irrumpe en el recorrido visual del público a través de la exposición, debido a su calidad vibrante y que remite, en este caso, al temple agreste de una geografía determinada.
A propósito del carácter abstracto de su trabajo el maestro Ardila Plata manifiesta que “todo es figurativo, en el sentido que todo tiene una forma para comunicar; en arte, lo abstracto,” comenta el maestro, “como categoría de la imagen, está ligado a formas que no se identifican directamente con la realidad legible, reconocible y experimentable de manera directa”, por lo que, para él, el lenguaje abstracto geométrico, traduce la estructura esencial de la realidad.
Para el maestro Ardila, el vacío que contempla la obra en medio de las dos piezas sólidas obedece al ejercicio compositivo abstracto y completa el sentido de la escultura pues dictamina esa relación de lo espacial dentro del espacio además de confirmar el sentido de la fragmentación presente también en el cañón del Chicamocha. Estos aspectos resultan muy relevantes para acercarnos a esta maravillosa obra de uno de los exponentes más importantes de la abstracción geométrica en Santander y, sin duda, una pieza patrimonial dentro de la Colección del MAMB.
En conclusión, la obra del maestro Ardila Plata que el MAMB exhibe en la exposición vigente, nos lleva a considerar las dinámicas formales y cromáticas que permiten generar elaborados discursos artísticos cercanos a la personalidad de cada individuo y explicita ese universo insondable de la composición gráfica, que, bajo tal experticia, se manifiesta con total austeridad articulada mediante un lenguaje esencial que todos reconocemos, el lenguaje de la geometría y el color.
Felipe Augusto Forero
Practicante MAMB
Licenciatura en Artes Plásticas
